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Adicción Silenciosa

La Adicción Silenciosa

Éramos conocedores de diferentes tipos de adicciones. Generalmente estaban asociadas a comportamientos sociales que, como el consumo de tabaco, de alcohol, de drogas, o el juego, no estaban bien vistos.

En nuestros días, el incesante y rápido desarrollo de las tecnologías de comunicaciones, junto al avance en el desarrollo de la web, las velocidades de acceso,  las capacidades de almacenamiento y el abaratamiento de los dispositivos, han convertido al ser humano en un laboratorio permanente. El uso y disfrute de dispositivos electrónicos se confunde ya con cualquier elemento de nuestra vida diaria.

En algunos casos, como describen determinadas informaciones, nos encontramos ante una nueva adicción: la adicción a los dispositivos móviles y las aplicaciones creadas para ellos.

Las pantallas no siempre son nuestras mejores amigas.

Y las consecuencias son diferentes dependiendo de la edad. Mientras que a edades tempranas (9-10 años) se pueden ver afectadas sus capacidades de pensamiento y aprendizaje de lenguaje, en las personas de más de 50 años se puede caer, fácilmente, en la depresión.

Estas aplicaciones, y el uso constante de los dispositivos, nos hacen creer que estamos permanentemente conectados con la gente que más queremos. O con la gente que consideramos más afín a nuestro pensamiento. O, sencillamente, con la gente que nos importa.

Aunque en muchas ocasiones, lo que consideramos “estar conectado” no es sino una señal de que, realmente, solo estamos conectados “electrónicamente”.

El contacto personal se va perdiendo poco a poco. Cada vez somos más “dependientes” de Apps, likes, followers y retweets, llegando a convertirnos, sin darnos cuenta, en “adictos electrónicos”.

Se empieza a decir que “El contacto humano es un bien de lujo”.

Basta con repasar las estadísticas en cuanto al número de horas que pasamos frente a un ordenador, Smartphone, Tablet, consola, o dispositivo de VR.

Poco a poco nos hacemos más “dependientes” y menos “amigables”.

Por eso, las empresas ya han empezado hace tiempo a considerar que la “experiencia de usuario (UX)” es una de las tareas mas importantes en su estrategia de comunicación.

Si los que tienen algo que contar en un mundo hiperconectado, no son capaces de ofrecer una experiencia suficientemente atractiva e interesante, con posibilidades de interactuar y de conseguir una sensación positiva, el posible usuario saldrá de ese lugar y recalará en otro que sí haya sabido interpretar sus necesidades (sirve para todo: web, apps, tv, games, etc).

Y como quiera que estemos en ese tránsito de la “dependencia” a la “adicción”, el usuario (todos nosotros) siempre estará conectado. 

Conectados a nuestros “Contenidos”.

Conectado con sus series, líderes, marcas, proyectos, trabajos, RRSS, y así hasta el infinito de las incontables pulsiones y obligaciones humanas… En continua búsqueda. Conectados y dependientes, casi adictos.

No perdamos de vista que lo que hoy conocemos como una realidad física (ordenadores personales, móviles, servidores, redes físicas, infraestructuras fijas en general), acabarán siendo elementos parecidos al polvo. Una fina capa de datos que posibilitará estar en contacto inmediato con cualquiera de nuestras necesidades (al menos nos liberaremos de esa pesada carga de todo tipo de dispositivos; ese será el peaje que un par o tres de generaciones habremos pagado por la conectividad).

La computación cuántica, la nanotecnología, el IoT, la AI, y la robótica nos acercarán, mucho antes de lo que imaginamos, a un mundo en el que simplemente con nuestros gestos y pensamientos seremos capaces de interactuar con todo aquello que necesitemos. Recordemos, por ejemplo, que hoy los asistentes virtuales de voz ya realizan una parte de las tareas que antes solo se podían realizar de forma física.

Pasaremos de “dependientes” a “adictos”, seguramente con algún tipo de “dieta digital” entre medias, para llegar a convertirnos en seres hiperconectados sin necesidad de dispositivos que nos “enganchen”.

Nuestros gestos, pensamientos, la voz, y los Asistentes Virtuales, se encargarán de todo lo que necesitemos (incluido el disfrute de nuestros contenidos mas apreciados).

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