La Educación Digital

El otro día publicaba en el Blog, nuestro compañero Antonio, una bonita reflexión sobre las pantallas. Y yo pensaba, ya me ha pisado el tema que estaba escribiendo sobre la Educación Digital. Pero no, en mi reflexión vamos a ver cómo nos criamos los del siglo pasado versus la generación del siglo XXI.

Cuando nosotros éramos niños, por lo menos en mi caso, no existían las pantallas. La televisión era un bien preciado que no estaba en todas las casas. Cuando empezó a estar más extendido, todos recordaremos esas famosas frases: “No te pongas tan cerca de la tele que te vas a estropear la vista” o “Ya vale de tanta tele”. Nosotros, que considerábamos que íbamos a ser unos padres modernos, decíamos en nuestros adentros que nunca martirizaríamos a nuestros futuros hijos de tamaña manera… Seríamos mucho más permisivos, ya que como lo habíamos sufrido de niños, no les haríamos eso a ellos.

Los tiempos han cambiado, y la Educación Digital también

Cómo ha cambiado el cuento… En cuanto a nuestros pensamientos, pero no tanto en cuanto a nuestras acciones. Ahora, los padres nos enfrascamos en tratar de controlar los tiempos que nuestros hijos se pasan pegados a cualquiera de las pantallas que tienen a su disposición, y normalmente no están viendo la tele. Tarea tamaña difícil, ya que si no les dejas acceder a las “pantallas” y, por lo tanto, descubrir toda la información y el entretenimiento de la red, les vas a convertir en bichos raros. Pero, si por otro lado les permites que solo sean capaces de ver el mundo a través de una Tablet o de su móvil, acabarán siendo capaces de entender que es mucho más interesante verlo con tus propios ojos que a través de una pantalla, por muy buena definición que tenga. Como siempre, la virtud está en el término medio.

Y claro, ¿quién nos iba a contar todo esto? En ningún momento se nos pasaría por la cabeza que la tecnología actual es lo que es… Y entonces nos sobrepasa. Antes era muy fácil desenchufar la tele o incluso quitar el cable de antena, aunque no estuvieras en casa. Si los pobres niños estaban castigados sin tele, de verdad iban a estar castigados sin poder enchufar “la caja tonta”. Ahora, como no provoques un apagado mundial de los servidores, si no se conectan a través de la wifi de casa, se la piratean al vecino. O descubres que la tarifa plana de tu hijo tiene más datos que la tuya “de calle”, por lo que es muy difícil que le puedas provocar un desenganche digital en toda regla.

Cada acción tiene una reacción

El “te castigo sin móvil” es muy difícil de ejecutar, ya que enseguida se han hecho con un móvil “viejo”, que por muy antiguo que sea se sigue conectando a la wifi, incluso a la del vecino de 3 pisos más arriba. Y ya estamos otra vez conectados con el mundo. ¡Qué complicado es esto!

Sinceramente, creo que en los dos casos se arregla con un poco de Educación Digital. Aunque, por supuesto, cada niño es un mundo y yo no pretendo ser más papista que el papa. Cada uno educa a sus hijos como quiere y como le viene en gana, pero es importante que entendamos que cada acción tiene una reacción. Y, por supuesto, no voy a ser yo el que os diga si hay que hacer esto o lo otro o lo de más allá.

Flipé la primera vez que un padre me comentó en un evento deportivo de nuestros hijos: “Te he adelantado por la carretera y, ¿cómo consigues que tu hijo no vaya contigo en el coche con los cascos puestos, escuchando su música y a su bola?” Mi respuesta fue sencilla: “¿Tu hijo entonces te considera su chofer?” “Ya, pero es que me dice que mi música es un rollo, que vaya leño de emisora de radio que he elegido…”

Es importante compartir tiempo de calidad con los hijos

No sé vosotros, pero yo, por mi trabajo, no he disfrutado todo lo que me habría gustado del tiempo con mis hijos. Por lo tanto, los tiempos que pasaba con ellos para mí eran importantes, ya sea llevándoles al cole o a un partido, o a buscarles porque habían quedado con unos amigos. Siempre he tratado de trasladarles que esos momentos no eran traslados que les hacía como un chófer, si no que era un buen momento para compartir cosas, aunque la mayoría de las veces me tocara escuchar música que no iba conmigo. Eso sí, en mi coche hay ciertas normas a nivel musical: “No pueden sonar más de 3 temas seguidos sin guitarra y menos sin una melodía”

Sinceramente, si enseñamos a nuestros hijos a comer con el móvil cuando son más pequeños, probablemente según vayan creciendo habrán aprendido que para comer hay que tener el teléfono delante y no vamos a conseguir tener una conversación con ellos en la vida… Bueno, les podemos llamar al móvil, aunque probablemente no nos lo cojan porque están comiendo.