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Imagen de cabecera del Post titulado: Netflix tiene píxeles. Hollywood tiene lúmenes.

Netflix tiene píxeles. Hollywood tiene lúmenes.

Desde el momento en que ROMA, la película de Cuarón, pasó a formar parte de la acrisolada y exclusiva constelación Hollywoodiense -gracias a sus 3 OSCARS y10 Nominaciones- se desataron todas las tempestades y, cierto sector de la industria, empezó a retorcerse sobre sus privilegiados y bien mullidos asientos. Pero ¿Cuál fue el motivo de tanto revuelo? ¿Su trepidante narrativa? ¿Los numerosos ataques epilépticos sufridos por sus espectadores, a causa de su endiablado ritmo de montaje?¿Quizá, al uso de elementos narrativos preñados de una metonimia alambicada y al alcance, solo, de los intelectuales más superdotados? No. La causa fue que “Eso lo había hecho NETFLIX”. ¡Netflix! Es decir, esa especie de “videoclub-mainstream-para-masas-embrutecidas.com”, que dirían los “gafapasta! más ofendiditos.

Entre quienes han puesto el grito en el cielo, está Steven Spielberg, el “Boss”. Que ha comenzado una encarnizada batalla para excluir de los premios “más prestigiosos” del cine, todas aquellas producciones hechas en streaming. Vamos, lo que se dice un “contigo no bicho”, en toda regla.

De contenidos y continentes.

Su argumentación se sustenta, no tanto en términos de calidad, sino de “género”. Dado que según el “Boss”, el tipo de “ventana” para estas producciones es la TV, entiende, estas solo podrían ser candidatas a los EMMY (en la categoría TV movies) y no a los Oscar.

Y la cosa, aunque pueda parecer una apreciación trivial y “pollaviejil”, quizá no lo sea tanto. Tiene su gracia el tito Spielberg. Porque es verdad que dentro de poco –especialmente para los nativos digitales- de tanto ver películas (cine/tvmovies/virales/llámalo X) al final, se nos va a olvidar, algo tan básico, como dónde hemos visto esto o aquello: si en el móvil o en la pantalla del ALSA mientras volvía de las fiestas de Logroño; si en Youtube o en Canal Metro; bueno, de esto último nos acordaríamos.

Y al final, parece que volvemos a los orígenes, a los viejos debates de si hay que hablar de contenido o de continente; o de las diferencias entre “significado” o “significante” (Esto último siempre queda muy erudito, métanlo en cualquier debate, quedará fenomenal. ¡Se lo regalo!).

Parecería, como que el hombre contemporáneo (ese generador y consumidor voraz de imágenes) haya dejado de discriminar el emisor, la fuente. Y que, al ser tan caudaloso e inabarcable ese río infinito de imágenes en el que nos bañamos todos los días, ya nos dé igual saber los orígenes y el GÉNERO del que provienen dichos contenidos. Al menos mientras éste nos entretenga o nos sacuda las neuronas.

GÉNEROS, con mayúsculas.

Y ya sé que ahora lo que tocaría sería hablar de los modelos de distribución del cine ante el cambio de paradigma y, claro está, argumentarlo con un chorro de tweets. O caer en el buen rollismo y decir “no es cosa de géneros: solo hay buen cine o mal cine”; O hablar de que todo esto solo obedece al miedo de una generación que ve cómo sus privilegios se difuminan. O meter una turra monumental sobre el futuro del nuevo consumidor de contenidos y, cómo no, justificarlo todo otra vez con más tweets y citas llenas de erudición, firmadas por vacas sagradas del actual ágora digital; pero NO. No pienso hacerlo. Mi recomendación para Spielberg y para el integrismo cinéfilo en general, es otro.

Siguiendo los pasos de Hazte Oir, yo les animaría a que saliesen a las calles con un autobús vinilado y un claim que diga “Netflix tiene píxeles. Hollywood tiene lúmenes.” Algo que – aun desde el surrealiiiiismo- ponga los puntos sobre las íes y ayude, a esta sociedad desmemoriada, a entender la inviolabilidad de LOS GÉNEROS. ¡Con mayúsculas! Porque si confundimos una TV movie con una Movie de verdad, ¿Qué va a ser lo siguiente? ¡¡Que El Rubius suba a recoger una Palme d´Or en el festival de Cannes!!

Post titulado: Netflix tiene píxeles. Hollywood tiene lúmenes.

Créditos:

Imagen de cabecera con el título Steven Spielberg in the mouth of “Jaws”, extraída de www.moviestillsdb.com

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